Tocmai am terminat de citit cateva nuvele de Marcel Aymé. Mi-au placut foarte mult personajele, povestile lor inedite, umorul, limbajul simplu si proaspat, finalurile frumoase... A fost o lectura placuta asa ca sper sa mai dau si de alte carti scrise de el. Cum volumul era imprumutat, aveam tendinta de a-mi nota citate, expresii sau franturi de dialog, dar stiam deja ca am prostul obicei de a nu-mi reciti niciodata notitele... A fi ramas uitate cine stie pe unde. Si asa mi-am adus aminte de bietul meu blog...
Inca din prefata am retinut o chestie draguta pe care a zis-o M. Aymé in momentul in care a fost propus pentru Legiunea de Onoare si a fost invitat la Palatul Elisée: "para no tener que rechazar favores tan deseados, les rogaría que tuviesen a bien meterse su Legión de Honor donde les cupiese, así sus elíseos placeres". Cred ca din momentul asta mi-a devenit foarte simpatic.
Din La gracia: "A pesar de su soberbia, gula, ira, envidia, pereza y avaricia, Duperrier sentía en su interior un alma aún teñida de inocencia. Aunque capitales, sus pecados ne dejaban de ser de esos que un muchacho puede confesar sin amargura en la primera comunión. Pecado capital como ninguno, la lujuria le aterrorizaba (...) No es que Duperrier hubiera dejado la lujuria para el final. Sencillamente se había negado a contemplarla como posibilidad. La propia señora Duperrier no podía pensar en ella sin estremecerse. Los dos esposos llevaban ya muchos años viviendo en un delicioso estado de castidad, y hasta la aparición de la aureola, cada una de sus noches era un sueño de blanca muselina".
Finalul de la El alma de Martin care mi-a placut foarte mult: "En el lugar del suplicio, mientras los ayudantes de la guillotina se hacían cargo de su persona, Martin, sintiendo que lo ahogaba el remordimiento de su crimen, comprendió que su alma no le había abandonado en ningún momento y que se había fraguado una falsa ilusión. Lanzó un horrible grito al darse cuenta de que se trataba de una trampa del diablo, siempre dispuesto a arruinar la vida de un pobre hombre que ha matado a su familia".
Din El pasa-murallas: "Señor director. Con referencia a nuestra entrevista del 17 de los corrientes y, por ende, a sus instrucciones generales del 15 de mayo del año pasado, tengo el honor de informarle de que acabo de terminar la lectura del segundo tomo de Los Tres Mosqueteros y de que tengo la intención de evadirme esta noche entre las onde y veinticinco y las doce menos veinticinco. Con la expresión de su profundo respeto, le saluda: El Hombre Lobo".
As fi vrut sa scriu macar cateva fraze din La cartilla care mi-a placut cel mai mult si cel mai mult, dar azi musai trebuia sa duc cartea la biblio... Poate saptamana viitoare.
Inca din prefata am retinut o chestie draguta pe care a zis-o M. Aymé in momentul in care a fost propus pentru Legiunea de Onoare si a fost invitat la Palatul Elisée: "para no tener que rechazar favores tan deseados, les rogaría que tuviesen a bien meterse su Legión de Honor donde les cupiese, así sus elíseos placeres". Cred ca din momentul asta mi-a devenit foarte simpatic.
Din La gracia: "A pesar de su soberbia, gula, ira, envidia, pereza y avaricia, Duperrier sentía en su interior un alma aún teñida de inocencia. Aunque capitales, sus pecados ne dejaban de ser de esos que un muchacho puede confesar sin amargura en la primera comunión. Pecado capital como ninguno, la lujuria le aterrorizaba (...) No es que Duperrier hubiera dejado la lujuria para el final. Sencillamente se había negado a contemplarla como posibilidad. La propia señora Duperrier no podía pensar en ella sin estremecerse. Los dos esposos llevaban ya muchos años viviendo en un delicioso estado de castidad, y hasta la aparición de la aureola, cada una de sus noches era un sueño de blanca muselina".
Finalul de la El alma de Martin care mi-a placut foarte mult: "En el lugar del suplicio, mientras los ayudantes de la guillotina se hacían cargo de su persona, Martin, sintiendo que lo ahogaba el remordimiento de su crimen, comprendió que su alma no le había abandonado en ningún momento y que se había fraguado una falsa ilusión. Lanzó un horrible grito al darse cuenta de que se trataba de una trampa del diablo, siempre dispuesto a arruinar la vida de un pobre hombre que ha matado a su familia".
Din El pasa-murallas: "Señor director. Con referencia a nuestra entrevista del 17 de los corrientes y, por ende, a sus instrucciones generales del 15 de mayo del año pasado, tengo el honor de informarle de que acabo de terminar la lectura del segundo tomo de Los Tres Mosqueteros y de que tengo la intención de evadirme esta noche entre las onde y veinticinco y las doce menos veinticinco. Con la expresión de su profundo respeto, le saluda: El Hombre Lobo".
As fi vrut sa scriu macar cateva fraze din La cartilla care mi-a placut cel mai mult si cel mai mult, dar azi musai trebuia sa duc cartea la biblio... Poate saptamana viitoare.
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